PROGRAMA 51. SUSURROS JURÍDICOS. ¡ESTAMOS FATAL! HABLAMOS DE SALUD MENTAL Y ABOGACÍA CON MIGUEL FERNÁNDEZ, PSICÓLOGO.
10 de octubre es el día mundial de la salud mental.
Para conmemorar este día tan importante, os ofrecemos una entrevista con Miguel Fernández Galán, psicólogo general sanitario, especializado en el campo de la psicología de niños y adolescentes. Pero también su ámbito de actuación es acercar la psicología práctica a las dificultades de índice psicológica que puede sentir una persona que se dedica al mundo jurídico de la abogacía.
Su inquietud por este ámbito surgió hace tres años cuando comenzó a participar en el ISMA (Instituto de Salud Mental de la Abogacía), preparando material de divulgación para identificar dificultades psicológicas en el mundo del derecho.
Además, colabora en la revista jurídica Legal Today, de carácter mensual, que aborda temas muy interesantes como el trauma vicario,(entrada aquí ) es decir, coloquialmente se conoce el abogado que se lleva a casa los problemas que pueda tener el cliente, con la ansiedad que eso conlleva. Es un desgaste emocional derivado de estar en contacto con personas en dificultades.
En esta entrevista abordamos cuestiones como, por ejemplo, ¿cómo es la salud mental de los abogados?
Cabe disponer que en el mundo hispanohablante no hay demasiadas investigaciones orientadas al bienestar psicológico de los abogados, pero en el mundo anglosajón sí que las hay.
Una investigación reciente intentó evaluar la prevalencia de los niveles de ansiedad, depresión, en una muestra de abogados, y se descubrió que un tercio sufría estrés y ansiedad por el ejercicio de la profesión.
En términos generales, hay una elevada sensación de malestar debido a las altas exigencias y un estrés personal, jurídico, laboral y también con respecto a los clientes, porque éstos mismos están depositando en ellos una extrema confianza para que les ayuden con sus problemas legales, lo que conlleva la realización de tareas de alta responsabilidad.
Existe en los abogados una incertidumbre que deben gestionar, porque no hay seguridad al 100% de que se vaya a resolver favorablemente el asunto.
Es una profesión dura, exigente a nivel intelectual y emocional. El psicólogo Miguel, considera que, en los estudios actuales de la abogacía, no se abarca con suficiente relevancia el aspecto psicológico.
Asimismo, profundizamos con importancia en el aspecto de lo que se entiende por trauma vicario.
En este sentido, nuestro entrevistado manifiesta que se trata de un trauma susceptible de ser sufrido por toda profesión que implique el contacto directo y frecuente con el sufrimiento de las personas. También se le conoce como desgaste por empatía o fatiga por compasión. Es un síndrome donde la persona puede “reexperimentar” los sucesos traumáticos que el cliente le ha confiado.
Los abogados enfrentan situaciones de elevada responsabilidad donde las personas depositan en ellos sus problemas personales, económicos, laborales.. Pensemos en aquellos casos emocionalmente difíciles como puede ser la violencia de género, donde detrás hay una persona, en este supuesto el abogado, que debe conocer el tema en profundidad, y tiene una sobrecarga y responsabilidad suficientemente alta de ayudar a la víctima que ha sufrido sobremanera
“Es importante ser consciente de las señales de este trauma vicario que podríamos sufrir al vernos expuestos en una elevada frecuencia de estos casos y poderlos atender adecuadamente”.
Cabe preguntarse, ¿cómo se puede afrontar este problema?
Nos explica el psicólogo Miguel que es importante tomar conciencia de cómo nos sentimos con el caso que estamos llevando. Debemos observar si fuera de nuestro trabajo tenemos problemas como insomnio, irritación, inestabilidad, sentimiento de ansiedad, vértigos, mareos al abordar el problema, o se pospone la hora de abordar el caso.
Nos recomienda acudir a un psicólogo especializado en traumas para que nos ofrezca herramientas y soluciones ante la problemática que experimentamos, o practicar y tratar de buscar soluciones por nosotros mismos. Importante reconocer que este asunto nos supera porque es un caso fuerte emocionalmente o porque nos identificamos con él por una experiencia personal.
“Es necesario una distancia terapéutica con los clientes, lo que le sucede le pasa a él, por tanto, no hay que identificarse”
El abogado debe ocuparse de su buen hacer, su implicación en el asunto, trabajo duro, hacer todo lo posible para que el caso salga adelante.
“Somos humanos, y resulta inevitable que nos afecte lo que suceda con los clientes. Es natural alegrarnos porque el caso salga bien a la par que entristecernos porque las cosas no salen según lo previsto”.
Un consejo que nos ofrece el psicólogo es:
Ponernos con el asunto que nos afecta, si observamos que tenemos días con menos carga, repartirnos la carga de ese trabajo de forma eficiente, y tomar tiempo para descansar. Importante para el mundo de la abogacía, disponer de tiempo de desconexión y descanso. (deporte, quedar con amigos o familia, realizar actividades).
Otro aspecto a destacar, ¿qué hacer para mantener la concentración?
Para mantener una buena concentración durante el día es necesario el descanso nocturno, porque, aunque se subestime el descanso en pro de tener las cosas listas a tiempo es importante descansar. El mero hecho de que el cuerpo sepa que a una hora concreta se va a dormir, escuchar música, leer, aunque no nos durmamos en el momento, eso ya genera un descanso. Aunque sea 5 o 10 minutos tener breves descansos es esencial para concentrarnos mejor.
Otra cuestión importante es la gestión del tiempo. Organizar y planificar la carga de trabajo según la disponibilidad que se tenga. Repartir la carga de trabajo semanalmente.
Hay un componente interno de autoexigencia, expectativas que tenemos sobre nosotros mismos. No obstante, si nos exigimos estar atentos y concentrados todos los días y a todas horas eso va a generar ansiedad y frustración.
A menudo, los abogados pueden presentar estrés postraumático. Se trata de un estrés grave que se siente al experimentar un trauma. Relacionado con el trauma vicario se presenta un estrés de tipo secundario derivado del estrés de otra persona. Aunque no nos demos cuenta, el hecho de que una persona nos cuente sus problemas, y empatizar con ella, tiene un impacto humano enorme de percibir el sufrimiento de ese cliente, por ejemplo. Por ello, es importante saber llevarlo.
En palabras de Miguel, “el cuerpo necesita autorregularse. Va a responder ante las secuelas físicas y psicológicas. No hay que culparse por ello. Se debe aprender de la experiencia y tratar de prevenir que eso suceda de nuevo. Es importante evitar atracones en unos pocos días y planificar el asunto a largo plazo. Se puede usar la metáfora del estudiante. En vez de estudiar todo la última semana, y darse el atracón el último día, ir estudiando y aprendiendo de a poco, gestionando el tiempo de forma precisa”.
Conviene recalcar que somos personas y merecemos tener un bienestar psicofísico.
La salud mental a día de hoy sigue siendo un taboo cuando no es muy diferente de la salud física. Mente y cuerpo están conectados. Si vemos que la situación sobrepasa, es necesario acudir a un profesional de la salud mental.
“Una persona que se preocupa por mantener su salud mental en pie a la par que trata de ofrecer un buen servicio genera mucha más credibilidad y confianza que alguien que solo trata de mantener una fachada”.
Miguel, considera que, desde la época de la pandemia, la población es más consciente de la existencia de la salud mental. Estima que han aumentado más los problemas de salud mental en niños y adolescentes que en momentos anteriores.
“Existe un estigma en las personas, un notable miedo a compartir sus vulnerabilidades o preocupaciones cuando no es una señal de debilidad sino de responsabilidad”.
Otro asunto que se debate en este podcast es cuestionarse ¿qué puede hacer un compañero ante el miedo escénico que te paraliza o no te permite pensar antes de entrar en un juicio?
Miguel es un experto en este asunto ya que le ha dedicado mucho tiempo a realizar ensayos e investigaciones acerca de lo que él denomina temor escénico en sala de juicio.
Muchos abogados le tienen pánico a hablar en público porque es una situación donde no están acostumbrados, se sienten débiles, expuestos, tienen miedo a hacer las cosas mal y que los presentes en la sala den cuenta de ello. Este hecho genera taquicardias, estrés, nerviosismo extremo entre otras sensaciones.
¿Qué herramientas nos facilita nuestro compañero?
Primero. Si hay que desplazarse hasta el lugar de celebración del juicio, recomienda ir caminando, porque la actividad física ayudará a relajar la adrenalina y el nerviosismo que existe.
Segundo. Tratar de visualizar el juicio, saber que se va a decir, en qué orden, preparar la argumentación y contraargumentación con tiempo.
Tercero. Conocer la sala de juicio de antemano, donde habrá que colocarse, donde se posiciona el juez o el contrario le dota a nuestra mente de cierta tranquilidad.
“Sentir nervios o ansiedad antes de exponernos en un juicio es señal de que somos buenos profesionales”. “Ningún buen profesional va a ser indiferente a una exposición en público. Esos nervios son esenciales para mantenernos a tono y actuar adecuadamente.” “Es síntoma de responsabilidad”.
Por último, abordamos el tema de las adicciones de los abogados. Un ejemplo de ellas puede ser el café, como expone nuestro compañero Guillermo.
Con respecto a ello, Miguel señala que, debido a la alta prevalencia de ansiedad y depresión, un tercio de los abogados recurren a sustancias para gestionar esa elevada carga de estrés, siendo la sustancia de mayor preferencia el alcohol. Los índices de alcoholismo son superiores en abogados jóvenes, por debajo de los 30 años.
Es un problema que en España no se trata de forma tan correcta como en el mundo anglosajón, ya que la mayoría de los estudios son de origen americano o inglés.
El alcohol tiene un gran impacto en los abogados. Es producto de no reconocer abiertamente a nivel público o privado que se tiene una dificultad y la situación sobrepasa. Está comprobado en investigaciones que el consumo de alcohol en abogados es superior al de otras profesiones.
Dispone que existe una perspectiva social del abogado como un ser invencible. Pero es una percepción falsa considerar a los abogados como seres no vulnerables, ya que son humanos, y necesitan atender a su bienestar mental casi tanto o más que cualquier otra profesión.
Terminamos con una frase del Colegio de Psicólogos de Andalucía “no hay salud sin salud mental”. La salud mental es lo que ayuda a ser felices, ser productivos y dar un buen servicio al cliente.
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