PROCESO Y ESTRUCTURA PARA LOGRARLO
los clásicos defienden que la estructura de un buen discurso se basa en considerar tres fases esenciales del mismo:
1.- Introducción
2.-Desarrollo o cuerpo
3.-Cierre o conclusión.
Clasificación simple que bien puede utilizarse para cualquier ámbito.
Ahora bien, con matices esenciales a la hora de considerar estas tres fases.
Dicha estructura es solo una parte a considerar a la hora de plantearnos cómo hacer un buen discurso.
Ya los clásicos se preguntaban cuál era la forma idónea de comenzar a estructurar un discurso.
En este sentido, dentro del estudio de la Retórica y la Oratoria, autores como Aristóteles, Cicerón o Quintiliano coincidían en que toda persona que quiera desarrollar un discurso coherente sobre un tema debe comprometerse a razonar sobre un proceso secuencial:
- Inventio, en griego heurisis: pensar sobre las ideas que van a soportar el discurso y hacerlas simples y atractivas;
- Dispositio: organización de las ideas, exposición y desarrollo de las mismas. Aquí es donde se puede aplicar la estructura básica indicada al principio.
- Elocutio: recursos para la verbalización de lo anterior…. Memoria, evocación, pronuntiatio, repetición y énfasis en la idea, contar historias, etc.
Así, para plantearnos cómo podemos dar un buen discurso, cabe detenerse antes en estudiar cómo afrontar estas fases en conjunto, y si tenemos claro el enfoque que le queremos dar a cada una de ellas para que se encuentre armonizado y coherente con el resto.
¿Cuál es la idea que queremos transmitir? ¿Se puede resumir ? ¿Cómo la vamos a exponer? ¿Que tono y recursos vamos a utilizar? Estas son las preguntas que debemos respondernos.
Se puede decir que en la dispositio es donde se puede realizar la subdivisión en “introducción, desarrollo y conclusión”, si bien es cierto que los autores clásicos utilizaban otra denominación con mayor utilidad y precisión:
1.- Exordium o llamada de atención
- Narratio o exposición del argumento principal.
- Argumentatio o argumentación de la ideas.
- Peroratio o conclusión y cierre:
Las fases de exordium y narratio corresponderían a la introducción, una subdivisión adecuada ya que la llamada de atención inicial es clave para enfocar la atención del público antes de exponer la idea principal. Por su parte, la argumentatio correspondería al desarrollo y la peroratio a la conclusión o cierre.
Por supuesto, cada una de aquellas fases del proceso clásico, así como de sus subapartados, tienen recursos que iremos desarrollando en futuras entradas. Además, claro está que existen diversos contextos en que dicha estructura recomendada puede variar levemente (ya sea en exposiciones técnicas, discursos políticos, reuniones profesionales, etc.). Un ejemplo claro de variación lo encontramos en las Ligas de Debate
: https://www.youtube.com/watch?v=jUmbwQEDWbo
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Un comentario en “1 EL BUEN DISCURSO”