
Seguramente os estaréis preguntando que tiene que la primera imagen que ilustra este post con el título, pues bien, digamos que un amigo no hace mucho me dijo que tenia que escribir más, y que tenia que escribir más con el corazón ( esto va para ti: consejos vendo que para mi no tengo #NoDigoMas), y no es que vaya a hacerle caso, pero hoy sí, soy de las que dice mucho eso de “hechos son amores y no buenas razones“, por eso hoy voy a contar una historia que quien me conoce ha oído mas de una vez, y hoy con los buenos días mi #compinche y amiga Ángeles Blanco me ha obligado a pararme y dejar de apartar la añoranza a la que me niego a sucumbir en muchas ocasiones, simplemente para sobrevivir.
Hoy es Viernes Santo, hoy debería estar en el olivar familiar, que tiene mucho de familiar y poco de olivar, porque apenas son unas filas de olivos que pertenecen por trocitos a mi familia, pero que es parte importante de nuestra historia, sobre todo desde que se convirtió en lugar de reunión cada Sábado Santo, hoy mi gran familia estaría llegando de diferentes provincias a nuestro querido pueblo, una vez al año en que intentamos estar todos los que podemos, y somos muchos, pues tengo la suerte de tener una gran familia extendida, mi madre se crio justo a sus hermanos y sus primos como si todos fueran hermanos, mis primos, mi hermano y yo seguimos esa tradición, y también mis primos hijos de los primos de mi madre…en definitiva cuando la familia ha ido creciendo en todas direcciones hemos mantenido esos lazos, somos familia, y a pesar de la dispersión geográfica todos marcamos este día en el calendario.
Hoy no habrá encuentro, hoy hay restricciones perimetrales, miedo por nuestros mayores y el Covid, responsabilidad, pero hoy también es un día para el recuerdo.
Pero hay una tradición en mi familia aun mas arraigada que un día de campo, comida y risas en el olivar familiar, lo que me lleva otra vez a Ángeles y con ella a mis queridos #compinches, como cada mañana nada mas despertar entro en nuestro grupo de WhatsApp para dar los buenos días (todos lo hacemos cada día, una de esas cosas buena que tienen las redes y que un buen día me regalo a este grupo) lo que me lleva a la segunda imagen o tuit y la razón de este post:

Si algo podría definir a este grupo, es su heterogeneidad, creyentes, creyentes no practicantes, no creyentes, y sí hasta un cofrade, pero por encima de todo eso y de otras de muchas cosas y diferentes personalidades hay algo que siempre ha destacado, el respeto, si lo unes al cariño y a la posibilidad de debatir, yo no tengo un grupo de WhatsApp, no tengo solo unos amigos, tengo unos #compinches que son un regalo y un ejemplo de que la diversidad de opiniones enriquece, así dicho esto y vista la imagen el debate de la mañana iba sobre esto.
Y ahora voy a ser poco políticamente correcta, pero para el que ha escrito el rancio tuit inicio del hilo que se ilustra: mendrugo tú, siempre me ha gustado mas usar esa palabra como adjetivo calificativo y siempre me ha gustado su uso para describir a personas mas que a un pedazo de pan.
No se en que siglo se quedó este Sr. pero esa no es la semana Santa que yo conozco, y no negaré que no soy una persona que comulgue con muchas de las cosas que hace la Iglesia (entendida como entidad), ni negaré el poder o el abuso de poder de algunos de sus miembros, pero eso no me impide respetar y mirar la Semana Santa como un patrimonio cultural que hay que cuidar, como cuidamos nuestros monumentos, nuestro patrimonio natural…eso no significa que no sean necesarios cambios, pero llegar al absurdo no me parece la mejor solución.
Dicho todo esto, vuelvo a mi añoranza, mi familia y sus tradiciones, decía que hay una tradición aun más arraigada que los encuentros familiares en el olivar, y tiene que ver todo, con la Semana Santa y en concreto con una imagen, la de Jesús Resucitado, todo empezó cuando unas primas de mi abuela regalaron esa imagen a la Iglesia de mi pueblo, me gustaría datar cuando pasó, pero yo solo recuerdo haberme criado con esa imagen sobre una cómoda en la que era la habitación de mi hermano (aún seguimos bromeando con que era su compañero de cuarto, lo llamamos El Resu y para nosotros es mucho mas que una simple imagen), allí estuvo hasta que se lo hizo sitio en la parroquia del pueblo.
Cada Sábado Santo mi madre y sus primas iban a colocar el paso para la procesión del domingo, mis primeros recuerdos de eso es de mi prima Gema y yo( y a veces otros primos y primas), todos unos canijos, intentando entrar con ellas y ver que hacían, podíamos entrar pero las encargadas de preparar el paso de la Virgen Madre que iba a salir a su encuentro el domingo nos echaban cuando iban a “vestirla”, con eso solo consiguieron que intentáramos averiguar porqué tanto misterio…lo descubrimos el día que por fin vimos quitar su vestimenta habitual a la virgen para ponerla de gala, la imagen solo tenia cabeza y brazos, como muchas imágenes de la época el resto no era mas que una especie de cuerpo tipo maniquí, madera y alambres, y esa es la razón por la que no podíamos verla, una vieja tradición para evitar que el común de los mortales siguieran viendo a las imágenes como las divinidades que representan y alejarlas de lo terrenal, una costumbre absurda para mi que con el tiempo conseguimos cambiar, mis sobrinos y sobrinas no se encuentran ya en esa situación, aunque aun recuerdo el primer día, que mis sobrinos, los hijos de mi prima Gema, nos vieron limpiar a nuestro Resucitado y quitarle el brazo donde lleva la cruz (que como en tantas imágenes también tenia su truco y es desmontable), y ese solo fue uno de los muchos cambios a través de los años, porque mantener la fe sobre hechos sobrenaturales ya es bastante difícil, si además pretendemos alejarnos de la realidad, de lo que se muestra ante nuestros ojos, el resultado en mi opinión es mas negativo que positivo, así los niños recibieron la necesaria explicación y todo siguió su curso normal.

los siguientes recuerdos, son quizás de los mejores que tengo sobre ese paso de Semana Santa, si pensabais que no iba a hablar de uno de mis temas favoritos os confundisteis, hoy también hablaré de igualdad y de una mujer muy valiente, mi madre, hasta que mis tías regalaron la imagen a la parroquia la imagen que salía era la de Jesús niño, y por tradición era portado a hombros por los niños que ese año hacían la comunión ( y cuando digo niños es niños, las niñas no ) , con el paso del tiempo y el cambio de imagen más grande y mas pesada se fueron creando grupos que repetían, los tiempos cambiaban y acudir a la procesión no era ya tan habitual, así un año llegado el momento de salir no había niños, ni chicos, suficientes para portar la imagen, y mientras todo el mundo debatía que hacer mi madre se acercó a mi y a mis amigas y nos preguntó si nos atrevíamos a llevarlo, éramos pequeñas, pero mis amigas no son tan diferentes a mi, ¿quién dijo miedo? podríamos con él, pero claro la tradición es la tradición y éramos chicas, fue mi madre la que dijo que se terminó esa tradición no había chicos, ni tampoco ninguna razón para que las chicas no pudiéramos portar la imagen (a la porra la tradición y con ello la desigualdad que significaba). Casi todos los niños y niñas de mi familia hemos llevado esa imagen y aun hoy mantenemos la ilusión cuando vemos a nuestros pequeños orgullosos con ella a hombros, y cuando digo pequeños me refiero a pequeños porque ese es otro de los cambios que llegó con el tiempo.
Durante años mis amigas y yo hicimos esa procesión, pero también crecimos y la vida a veces nos lleva a cambiar cosas, mi madre enfermó de Alzheimer cuando yo tenía 18 años, pero si algo aprendí de ella es que hay que mantener las tradiciones aunque para ello haya que hacer algunos cambios necesarios, debo reconocer, que aun con todo, soy afortunada, no tuve ni que pensar como solucionar el problema de encargarme yo de todo lo que tenia que ver con el paso, mi familia siguió ahí, pero hubo un cambio sustancial, ahora los que montábamos el paso éramos mi grupo de amigos y amigas, ni siquiera tuve que pedirlo, simplemente estuvieron ahí cuando lo necesité, incluso los ateos, y ahora nuestro Resu es un poco de todos, seguimos haciéndolo a nuestra manera, siendo los raros en la comunidad pero yo me siento orgullosa de lo que hemos hecho juntos.
Que de alguna forma y con el paso de los años cada vez hay menos practicantes cristianos, entre los que me encuentro, no es nada que no sea obvio, y volvimos a necesitar cambios, un cambio de andas ( andas rae – 1. f. pl. Tablero que , sostenido por dos varas paralelas y horizontales , sirve para conducir efigies , personas o cosas) mas pesadas hacia necesario que no fueran niños y niñas los portadores, y claro acudir a una procesión, madrugando y con resaca se convirtió en un problema mas a salvar, el año que las elegidas no se presentaron, mis amigos y amigas y mi familia volvieron al rescate y la procesión salió, pero eso me llevó a tomar una decisión, nunca más un grupo de personas concreto, y así llegamos a otra de las cosas que mas orgullosa me hacen sentirme, los niños y niñas volvieron a ser los portadores, ahora cada año son mas los niños y niñas que nos acompañan y cada vez desde mas pequeños.
Los amigos de mi hermano también se unieron en ayudarnos con el paso y ahora cada año, cuando El Resucitado sale en procesión es una algarabía de niños ilusionados en portar una imagen de algo que creo que aun ni comprenden, sus padres me “riñen” medio en broma por tener que madrugar porque sus hijos quieren ir cuando ellos llevaban años sin hacerlo, pero como le dije al párroco en su primer año cuando intento criticar mi forma de llevar el tema, simplemente sucedió y a más ¿no fue Jesús el que dijo dejad que los niños se acerquen a mi?…

La foto de la izquierda yo dando ordenes de capataza durante una procesión, la de la derecha una magnifica foto de Santi González, sacada de este artículo:
https://www.laboratorioti.com/2015/04/08/7-lecciones-que-debiste-aprender-en-semana-santa-de-un-capataz/ estoy segura que mi foto le parecerá una falta de respeto a muchos, hay gente que no evoluciona, la instantánea en cambio es la foto de un amigo para que fuera consciente del peligro que corría de ” enseñar el culo” en una procesión llena de gente, pero en absoluto como un reproche, se convirtió en una broma más entre nosotros, y aunque ni siquiera me considero una capataza pues en nuestra tradición no hay tal figura, con los niños se hizo necesaria, que niños tan pequeños lleven el paso hace necesario que hagamos muchos relevos, hemos tenido a niños y niñas de hasta 4 y 5 años a los que no hemos sabido, ni querido, decirles que no, y eso ha terminado traduciéndose en que con cada cambio yo los coloco, mis amigos y amigas los ayudan a cargar, y para salir yo me coloco delante del paso con el brazo en alto para a la orden de 3 salir todos a la vez y con el mismo pie, para eso levanto la mano para que sepan cual es su pie derecho, hemos vuelto a cambiar la tradición y ahora somos mucho mas ruidosos, pero no por eso menos respetuosos, se pueden cambiar las tradiciones, se pueden adaptar pero no podemos perder el legado cultural que suponen, y sí, yo sigo vistiendo como me da la gana pero nunca volví a ponerme algo tan corto, no por tradición si no por comodidad y respeto.
Y así vuelvo “al tarugo” y la conclusión de todo este rollo que os he soltado, no es solo nostalgia, es comprensión por aquellos que sienten con especial devoción y estos días se le hacen difíciles, es una llamada a la precaución y a la responsabilidad, es un ejemplo de que adaptarse es necesario y no por eso los cambios son siempre a peor, pero sobre todo es una llamada de atención a quienes se empeñan en usar la rancia ideología sobre la Semana Santa, como bien dice Ángeles las Cofradías no sólo cuidan de algo que es patrimonio cultural, muchas de ellas ayudan de otras muchas formas, muchas están implicadas en ayudas sociales, que si siempre han sido necesarias ahora lo son aun más, y sobre todo a quienes utilizan la ideología como arma arrojadiza contra otros, sucede ahora, sucedió con el 8 M y seguirá sucediendo, es muy fácil generar crispación, sentimientos de odio, es muy fácil soltar soflamas para generar enfrentamiento, la polémica vende, lo que parece que no es tan fácil es usar algo tan sencillo como el espíritu crítico, debatir desde el respeto, y usar algo tan sencillo como el sentido común.
En medio de una pandemia mundial, con el riesgo para la salud y la vida de todos y todas no pasa nada porque no tengamos una Semana Santa con procesiones, pero dejemos a quienes lo sienten en lo mas profundo con su fe, y para los que siguen empeñados en que tiene que ser si o si porque es la tradición, como el movimiento se demuestra andando, ahí dejo mi historia que no es nada especial, pero que es un ejemplo de que si se quiere se puede cambiar y adaptarse (aunque los cambios sean pequeños de nosotros depende comenzar a cambiar las cosas), de que si no estas de acuerdo con algo intenta cambiarlo pero la forma no es recurrir al enfrentamiento, al odio al que piensa diferente o a escupir falacias como la del tuit, quiero creer que no estamos tan ciegos, quiero pensar que a pesar de que parecemos una sociedad cada vez más aborregada esto terminará dándose la vuelta, porque no, aunque lo crean no somos tan tontos…o si y yo la que más porque aun tengo fe en la humanidad.
Un comentario en “SEMANA SANTA , TRADICIONES, COVID, CAMBIOS Y POLÉMICA.”